Empezaré con esta frase de Nicolás Maquiavelo (Historiador, político y teórico italiano). “En general, los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven”. Si nos preguntamos ¿Juzgar a los demás: algo habitual?. No es poco frecuente juzgar a los demás conociendo poco de ellos. Pese a que no nos gusta que nos juzguen de manera incorrecta, es habitual juzgar a otras personas todo el tiempo. (Nos juzgan y juzgamos constantemente), incluso muchas veces sin darnos cuenta del daño que hacemos. Para entender las causas de por qué juzgamos o criticamos a los demás, según he leído, los científicos llevan tiempo investigando que zonas del cerebro actúan cuando lo hacemos.
Somos personas, todas diferentes y únicas. Por esta misma razón tenemos unas acompasas de comportamiento determinadas, una personalidad concreta y un interior muy significativo que da muestras de quiénes somos. Sin embargo, esta particularidad nos permite juzgar a los demás. Es difícil escapar de la sencillez con la que podemos juzgar a los demás. La variedad de personas, existentes, que podemos encontrarnos es tan grande como el daño que podemos causar hablando de ellas sin conocerlas previamente, incluso cuando las conocemos y no las escuchamos. Hay que aceptar que mis gustos no son los mismos que el de otras personas, seguramente no actúo como otros lo harían en mi lugar y , muy probablemente, a mí no me afectan las cosas de la misma manera que a otras personas.
No nos quepa la menor duda, que en muchas ocasiones nuestra mente opera en modo piloto automático. En cantidades de ocasiones los demás nos juzgan sin conocernos, (esto me ha ocurrido recientemente a mí personalmente), cabe admitir que a veces somos nosotros quienes lo hacemos con los demás. Los seres humanos en mayoría de ocasiones, pre-juzgamos a alguien lo hacemos sin saber nada de dicha persona, sin apenas haberla conocido, o haber intercambiado palabra alguna, y es que pre-juzgar significa literalmente “Juzgar Antes De”. Viene de la palabra “Prejuicio”.
Paulo Coelho (novelista y escritor, brasileño, uno de los más leídos del mundo), manifestó en cierta ocasión:” Si te preocupas demasiado por descubrir lo que hay de bueno o de malo en tu prójimo, te olvidarás de tu propia alma, te agotarás y serás derrotado por la energía que has gastado en juzgar a los demás”. Tener la mente abierta, es muy importante. Muchas veces lo que nos parece bueno es malo, y lo que nos parece malo es bueno. Sin embargo, ante una mente abierta, el concepto de bueno o malo puede variar, por cuanto lo ideal sería poder saber el máximo provecho de lo que llega a nuestras vidas y esto es imposible si nos cerramosante las posibilidades. Fiedrich Hebbel (filósofo grecolatino), cifró esta frase: “Hay velas que lo alumbran todo, menos su propio candelabro”.
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