“GRAN HERMANO”, (también conocido por su acrónimo GH-VIP), es un concurso que empezó a emitirse por primera vez el día veintitrés de abril del año 2000 a través de Telecinco. Como cualquier producto televisivo, Gran Hermano, tiene como objetivo esencial el captar audiencia y ganar dinero. A medida que va pasando el tiempo se vuelven más provocativos, más extremos y más explícitos en su contenido. Aún no se tiene muy claro por qué este tipo de programas tienen tanto éxito. Parece que tiene que ver con el deseo de participar en uno de ellos, la autenticidad de las emociones de los participantes, las situaciones a las que los someten, la curiosidad, el ego, las ganas de figurar y por supuesto el factor monetario. Resultan tan insatisfactorias y tediosas, mayoritariamente, nuestras vidas reales, que necesitamos esta mena de aliciente. La organización del programa es compartida, si no me equivoco, entre la productora Zeppelin i Telecinco. Dicha productora les proporciona durante el tiempo que se encuentran en la casa, una asignación semanal o mensual. La polémica que viene instituyendo Gran Hermano es intensa y apasionada. Este tipo de programas pueden influir, en la mayoría de los casos, en las normas de conducta de nuestra sociedad. Plantea de alguna forma un conflicto ético a un buen número de personas que consideran la emisión como un atentado contra la dignidad personal. Contra dicha postura debemos aceptar que los participantes han aceptado compartir su intimidad con los teleespectadores. Que nos comporta todo ello?. La realidad de la televisión crea un mundo de fantasía dónde convivimos, instituyendo un mundo de fantasía. Gran Hermano supone un experimento mediático que nos proporciona el objetivo de observación las interrelaciones i conductas de un grupo de personas encerradas. Mi pregunta es la siguiente: ¿A dónde nos está trasladando todo esto?. ¿Hemos de aceptar los Reality Shows como parte inevitable de nuestros hábitos como televidentes?. Yo creo que nó. Bette Davis (Gran actriz estadounidense), manifestó en cierta ocasión: “La televisión es maravillosa. No sólo nos produce a veces dolor de cabeza, sino que además en su publicidad encontramos las pastillas que nos aliviarán”. Que cada persona saque sus propias conclusiones.
Pere Serret Besa
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